En la final de Champions, Lisboa se vistió de blanco y rojo el pasado 24 de mayo, enfrentado por primera vez en la historia, dos equipos de una misma ciudad: Real Madrid y Atlético de Madrid.
Los dos equipos, animados por millones de hinchas y fanáticos que no dudaron en acompañar a sus equipos en este gran duelo, tenían ansiedad por ser campeones. Para el Madrid seria la ansiada décima, mientras que el Atlético quería lograr su primera Champions League.
En los momentos previos todo es buen rollo e ilusión, el ambiente de la final se ha vivido en la ciudad al igual que por toda España, con rivalidad, colorido y una batalla de hashtags’ con #HalaMadrid o #AupaAtleti apoyando a los equipos. Una fiesta de dos clubes que disputan un euroderbi y que nadie quiere perderse ya sea viéndolo en vivo en el Estadio de la Luz, bien en otros lugares preparados para verlo como si se estuviera allí.
Como hay mucha pasión por el futbol, España estuvo paralizada durante dos horas para ver el partido del año. La final de la Champions ha revolucionado tanto España que las elecciones al Parlamento Europeo para el domingo 25, pasan a un segundo plano. El mundo tenía los ojos puestos en esta gran final.
Durante el encuentro, en las dos aficiones hubo alegría, color, banderas y tristeza. Los seguidores del Atlético fueron los primeros en celebrar con el gol de su equipo y su alegría estuvo a punto de ser completa, tenia la copa agarrada con una mano, cuando el Real Madrid se salvó en los últimos minutos. Cuando Ramos marcó, resucitó una final que el Madrid tenía muerta ya en el tiempo de descuento.
Todos los hinchas vivieron con tensión el partido, fueron minutos de infarto, los aficionados no paraban de animar, pero fueron los del Real Madrid quienes estallaron de júbilo cuando sus ídolos terminaron por concretar el triunfo de 4-1 para el Madrid.
Cuando el árbitro pitó el final del partido, la mitad de la ciudad estalló en júbilo y la otra está muy triste tras una final cargada de sentimiento y emoción. Lagrimas en los ojos de los aficionados, de alegría para los madridistas, de decepción y tristeza para los del Atlético de Madrid.
En Madrid se vive de manera muy especial, a pesar del enfrentamiento por ver quien domina la capital de España. Todos tienen que convivir porque quien mas o quien menos tiene un vecino, un amigo o familiar en el equipo rival. Así que la victoria ha dejado un raro sabor agridulce a dos aficiones completamente distintas en cuanto a sentimiento y actitud. La afición del Real Madrid va a ver a su equipo ganar, como el equipo más laureado de Europa, mientras la afición del Atlético, en cambio, va a ver a su equipo porque es su equipo.
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